Casi todos hemos padecido de Varicela, otros han recibido la vacuna de Varicella/Zoster, en fin hemos estado expuestos al virus y nuestro sistema de defensas ha creado anticuerpos que nos protegen de que nos repita la erupción vesicular conocida como Varicela. Sin embargo, muchos no conocen que la Varicela es la infección primaria del Virus conocido como Varicella-zoster (VZV). Una vez terminada la fase aguda de Varicela, que dura de 7-10 días el virus se mantiene latente en los ganglios sensoriales del sistema nervioso periferal.
Lo que todos conocemos como Culebrilla, no es otra cosa que la reactivación de este Virus VZV que ha estado latente en nuestro sistema. Al reactivarse el virus se crea una erupción vesicular dolorosa a lo largo de la piel suplida por ese ganglio sensorial que va a estar acompañada de malestar generalizado, fiebre, falta de apetito, debilidad. Mayormente se ven afectadas la espalda, el dorso y la cara.
Se le llama Herpes Zoster Ophthalmicus (HZO) cuando la infección viral se manifiesta en alrededor de los ojos, se origina del ganglio del nervio Trigémino, específicamente la rama oftálmica. La erupción que se presenta es las vesículas típicas en forma de ampollas que luego de los primeros 4 días se endurecen y se forma la costra que puede durar de 10-12 días. El síntoma más común sigue siendo el dolor asociado a la reactivación del virus VZV, inclusive la neuralgia asociada puede durar de meses a anos luego de desaparecida la erupción.
Es de suma importancia que el paciente que sufre de HZO sea referido lo antes posible al médico especialista en salud visual, oftalmólogo, para así poder determinar si el ojo está envuelto en la infección viral. El VZV puede envolver todas las capas del ojo y los parpados. Se ven lesiones benignas que no tendrán consecuencias visuales, como lesiones en los márgenes de los parpados, perdida de pestañas, conjuntivitis viral. Complicaciones más serias que podrían tener repercusiones permanentes en la visión se ven frecuentes como úlceras en la córnea y disminución sensorial en la córnea que puede llevar a úlceras neurotróficas. Se puede ver también edema de córnea, infiltrados en la córnea, depósitos grasos, afinamiento de la córnea, todo puede llevar a cicatrizaciones y/o opacificaciones que puedan causar perdida visual. Aun así, también se puede envolver el humor acuoso (líquido dentro del ojo) causando una iritis, que comúnmente se acompaña con elevación de la presión intraocular. Menos frecuente, pero más devastador son las posibles complicaciones de retina y nervio óptico que podrían llevar a la perdida absoluta de la visión. Entre ellas, necrosis de la retina anterior, neuritis óptica o vasculitis.
Si se reconoce temprano (dentro de las primeras 72 hrs), la erupción como Culebrilla se puede comenzar el tratamiento con anti-virales orales, y si el ojo está envuelto se comienza a la vez de ser necesario tratamiento tópico. El cuidado debe ser coordinado entre el médico primario y el oftalmólogo. El paciente debe acudir a su médico de inmediato si nota que su afección visual empeora durante la actividad del virus. Es importante aclarar que la mayoría de las complicaciones oculares tienen tratamiento y resuelven sin consecuencias visuales, la diferencia está en la prontitud con la que se comience el debido tratamiento.
Es importante recalcar que la Culebrilla es menos contagiosa que la Varicela y que no se puede transmitir Culebrilla. Ahora bien si un paciente tiene el virus de la Culebrilla en fase de ampollas y tiene contacto con una persona que no ha sido expuesta al virus de la Varicela, esta persona puede entonces desarrollar Varicelas.
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Por: Cristina Ferrari Lugo, MD
Presidenta – Sociedad Puertorriqueña de Oftalmología
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